Cada sufrimiento debe serme ofrecido y compartido Conmigo " (9/04/2005) Jesús
Mi bien amada,
En este tiempo de espera, lloro lágrimas de sangre y Mi Santísima Madre llora Conmigo.
Mi Cuerpo que es la Iglesia sufre, y Yo Jesús sufro por Mi Cuerpo que es la Iglesia. En comunión de amor Conmigo, Mi Santísima Madre también sufre.
Mi bien amada, no tengas miedo de que vuestros corazones se resientan. No temas sufrir separaciones por la pérdida de un ser querido*. No tengas miedo de que vuestro corazón quede compungido, porque Yo mismo os enseñé cuánto Yo podía sufrir por perder o ver alejarse a aquellos a los que amaba.
El sufrimiento es sano, lo que lo es menos es a veces vuestro modo de reaccionar rehusándo para que el sufrimiento no esté en vosotros rebelándoos contra él.
Pensáis que mostrar y confesar vuestro sufrimiento os hace indignos, mientras que es al contrario, el sufrimiento os santifica y viene a embellecer vuestro corazón, que desde allí, ofreciendo estos momentos, os acerca a Mi Divino Corazón, traspasado por Amor a vosotros.
Es por eso por lo que, debéis ofrecerme cada sufrimiento y compartirlo Conmigo a fin de que, sin perdida de tiempo, Yo lo funda con mis propios sufrimientos, que no ocurrieron mas que por obediencia a la Voluntad de Mi Padre y para la Salvación de las almas.
Negar toda rebeldía, eso no pocede de Mí.
Dejaos llevar soportando lo que Yo permita, aunque no comprendáis, porque ofreciéndome cada una de vuestras pruebas, la Luz os será dada tal y como fue dada al mundo en el momento de Mi Resurrección.
Todo pasa por el abandono que es el camino rápido para encontrar a Mi Padre que es vuestro Padre.
Amen
Gracias Jesús
* Juan Pablo II
© www.coeurs-unis.org
En este tiempo de espera, lloro lágrimas de sangre y Mi Santísima Madre llora Conmigo.
Mi Cuerpo que es la Iglesia sufre, y Yo Jesús sufro por Mi Cuerpo que es la Iglesia. En comunión de amor Conmigo, Mi Santísima Madre también sufre.
Mi bien amada, no tengas miedo de que vuestros corazones se resientan. No temas sufrir separaciones por la pérdida de un ser querido*. No tengas miedo de que vuestro corazón quede compungido, porque Yo mismo os enseñé cuánto Yo podía sufrir por perder o ver alejarse a aquellos a los que amaba.
El sufrimiento es sano, lo que lo es menos es a veces vuestro modo de reaccionar rehusándo para que el sufrimiento no esté en vosotros rebelándoos contra él.
Pensáis que mostrar y confesar vuestro sufrimiento os hace indignos, mientras que es al contrario, el sufrimiento os santifica y viene a embellecer vuestro corazón, que desde allí, ofreciendo estos momentos, os acerca a Mi Divino Corazón, traspasado por Amor a vosotros.
Es por eso por lo que, debéis ofrecerme cada sufrimiento y compartirlo Conmigo a fin de que, sin perdida de tiempo, Yo lo funda con mis propios sufrimientos, que no ocurrieron mas que por obediencia a la Voluntad de Mi Padre y para la Salvación de las almas.
Negar toda rebeldía, eso no pocede de Mí.
Dejaos llevar soportando lo que Yo permita, aunque no comprendáis, porque ofreciéndome cada una de vuestras pruebas, la Luz os será dada tal y como fue dada al mundo en el momento de Mi Resurrección.
Todo pasa por el abandono que es el camino rápido para encontrar a Mi Padre que es vuestro Padre.
Amen
Gracias Jesús
* Juan Pablo II
© www.coeurs-unis.org