Llamo a todo el pueblo (24/11/05) La Virgen María
Mis niños,
llamo a todos los pueblos y les pido que levanten su mirada hacia Dios, que cambien su actual vida cotidiana en la que pierden un tiempo precioso.
Mis niños, en todo lo que hacen, reconozcan la mano de Dios ya que todo les es dado por pura Gracia, ofrezcan este tiempo tan precioso a vuestro Padre que les permite reencontrarle y conocerle mejor, y acoger en su corazón Lo que El les pide.
Estos tiempos que se les dan son tiempos en los que deben aceptarlo todo y hacerlo con Dios y para Él.
Hay tantos minutos que se pierden, ofrézcanles a su Padre.
Amén
Gracias Maria
(Mensaje dado a la hora del Ángelus en un lugar de aparición mariana)
Mis niños
Llegó el tiempo en el que las viejas caretas deben caer por tierra, en el que los corazones cerrados deben abrirse, el tiempo en el que debén dejar trasparentarme a través suyo, a fin de que comprendan cuál es el plan del amor de Dios sobre toda la humanidad.
Llegó el tiempo en el que no deben mirar atrás e ir decididos hacia adelante en dónde Jesús les espera, puesto que el mirar para atrás podría paralizarles a cada uno quedando inmóviles.
Mis niños, deben combatir todo espíritu de miedo y temor.
Creer en Aquel que les ha salvado, puesto que les ofreció todo Su poder compartido para ayudarles a ir con Jesús a recoger las flores que se marchitan, todas aquellas almas que se ven privadas de luz y que no reciben el agua necesaria para crecer y reencontrar la belleza que se les dio desde el primer día por Dios Padre.
En toda persona está la presencia de Jesús, y por esta presencia, la maravilla de Dios.
Lo que Dios creó está a menudo como aletargado, así pues debéis ayudar a Jesús a despertar todo esta inmanencia que duerme, tanto en cada persona como en los proyectos de Dios para todos.
Levantaros, caminar, avanzad, puesto que yo Maria les abro el camino, vengo a encontrarles como Reina del Cielo y les invito a que tomen mi mano.
Amén
Mis niños, les bendigo, reciban en su corazón la ternura de vuestra Madre, vengo a ofrecerles mi consuelo permanente para que así puedan sentirse auxiliados en todo aquello que Dios les pide hacer.
Amén
Gracias Maria
© www.coeurs-unis.org
llamo a todos los pueblos y les pido que levanten su mirada hacia Dios, que cambien su actual vida cotidiana en la que pierden un tiempo precioso.
Mis niños, en todo lo que hacen, reconozcan la mano de Dios ya que todo les es dado por pura Gracia, ofrezcan este tiempo tan precioso a vuestro Padre que les permite reencontrarle y conocerle mejor, y acoger en su corazón Lo que El les pide.
Estos tiempos que se les dan son tiempos en los que deben aceptarlo todo y hacerlo con Dios y para Él.
Hay tantos minutos que se pierden, ofrézcanles a su Padre.
Amén
Gracias Maria
(Mensaje dado a la hora del Ángelus en un lugar de aparición mariana)
Mis niños
Llegó el tiempo en el que las viejas caretas deben caer por tierra, en el que los corazones cerrados deben abrirse, el tiempo en el que debén dejar trasparentarme a través suyo, a fin de que comprendan cuál es el plan del amor de Dios sobre toda la humanidad.
Llegó el tiempo en el que no deben mirar atrás e ir decididos hacia adelante en dónde Jesús les espera, puesto que el mirar para atrás podría paralizarles a cada uno quedando inmóviles.
Mis niños, deben combatir todo espíritu de miedo y temor.
Creer en Aquel que les ha salvado, puesto que les ofreció todo Su poder compartido para ayudarles a ir con Jesús a recoger las flores que se marchitan, todas aquellas almas que se ven privadas de luz y que no reciben el agua necesaria para crecer y reencontrar la belleza que se les dio desde el primer día por Dios Padre.
En toda persona está la presencia de Jesús, y por esta presencia, la maravilla de Dios.
Lo que Dios creó está a menudo como aletargado, así pues debéis ayudar a Jesús a despertar todo esta inmanencia que duerme, tanto en cada persona como en los proyectos de Dios para todos.
Levantaros, caminar, avanzad, puesto que yo Maria les abro el camino, vengo a encontrarles como Reina del Cielo y les invito a que tomen mi mano.
Amén
Mis niños, les bendigo, reciban en su corazón la ternura de vuestra Madre, vengo a ofrecerles mi consuelo permanente para que así puedan sentirse auxiliados en todo aquello que Dios les pide hacer.
Amén
Gracias Maria
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